PRETENDERS: RELENTLESS
Cuando uno se lanza a reseñar un nuevo disco de Pretenders puede darse de bruces con el hecho de que resulta muy difícil partir de una posición de neutralidad. Al menos, a mí me pasa. Esto es debido a la figura de Chrissie Hynde, una mujer dotada de una fuerza y una presencia que la habilitan para comerse ella solita todo un escenario, un plató de televisión o cualquier otro espacio donde compadezca bajo su papel de indiscutible estrella del rock. El caso es que mañana mismo podría anunciar un nuevo disco formado exclusivamente por boleros, que uno lo escucharía con la seguridad y el convencimiento de que merece una firme oportunidad. Y es así, desde este punto de partida cargado de optimismo, como me he adentrado en el nuevo disco de Pretenders, Relentless.
Se trata de un trabajo que arranca potente. El primer tema, Losing my sense of taste, incluye varias de las melodías más interesantes del conjunto y algunos pasajes guitarreros muy destacables. Luego, tras un primer tramo realmente prometedor, poco a poco el disco comienza a discurrir por senderos más conformistas, aunque no por ello menos cautivadores. La marca Pretenders permanece intacta y su sonido más clásico deja verse en cortes como A love. Como siempre, la voz de Hynde se mueve a la perfección entre los temas más rápidos (pocos), los medios tiempos y los momentos baladísticos como I think about you every day, que cierra el disco de manera más que digna. Hay momentos de cierta heterodoxia, como la muy seductora Merry widow y sus melodías un tanto apartadas de los cánones del grupo. Además de esta, Relentless contiene temas muy recomendables como Losing my sense of taste, A love, Your house is on fire o Domestic silence.
En general, se trata de un trabajo la mar de digno. Un disco que evidencia la buena salud de un grupo que tras más de cuarenta años de carrera continúa haciendo música de manera honesta. Por supuesto, el sonido está alejado de aquellos primeros álbumes de los ochenta, pero la esencia del sonido Pretenders se mantiene intacta a lo largo de todo el metraje.
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