LUIXY TOLEDO, MICHAEL JACKSON Y THRILLER: EXTRAÑOS SUEÑOS

Pasen, damas y caballeros, tomen asiento. Acomoden el cuerpo a sus butacas, sírvanse una copa y liberen su mente de toda clase de prejuicios e ideas preconcebidas. Dejen a un lado sus mundanas preocupaciones y dispónganse a sumergirse en una insólita historia, extraña pero cierta. Tanto como que los elefantes vuelan o que la lluvia no moja. Bienvenidos, como decíamos, a este espectáculo a cuatro pistas por el que desfilarán acusaciones de plagio, gentes del medievo, multinacionales, marcianos, legiones de abogados, estrellas del pop y proyecciones astrales. Un viaje sin igual a través del tiempo y el espacio protagonizado por Luixy Toledo: músico, compositor, autor de Thriller.

Esta aventura podría narrarse de manera lineal, pero entonces tendríamos que remontarnos a Marte doce mil años en el pasado. Dadas las circunstancias, lo mejor será dejar el planeta rojo en la recámara y comenzar en la Talavera de la Reina de 1950. Es en este momento cuando Luis Valverde Resino estrena su última reencarnación; era veinticinco de agosto. En idéntico día, aunque de diferentes años, nacen también otras grandes figuras como Leonard Bernstein, Claudia Schiffer o Michael Jackson (a este último, sin embargo, lo registran cuatro días después). El caso es que Luis Valverde es conocedor de un axioma espiritual que establece una férrea ligazón entre dos personas cualesquiera cuya llegada al mundo coincida en una misma fecha. Y es de ahí, en parte, de donde viene su estrecha conexión con el rey del pop. Pero rebobinemos, no avancemos acontecimientos.

Luis Valverde nace en el seno de una familia humilde y pasa sus años escolares en un internado de monjas. En 1965 escapa de la institución y logra ocultarse en un camión de melones que lo conduce a Madrid, todo ello para poder ver a The Beatles en Las Ventas. Poco tiempo después comienza su carrera musical. Adopta el nombre artístico de Luixy Toledo y entra a formar parte del grupo Los Aracaris. Además de su actividad en la banda, compone canciones como En Marte hay vida: mi carta a la NASA o Exorcismo, algo que marcará su rutina a partir de ese lejano 1966. Aunque, claro, eso él todavía no lo sabe. Su estilo creativo es peculiar, y así se lo hacen saber las casas discográficas que constantemente rechazan las cintas que este les hace llegar. Mientras tanto, continúa actuando junto a Los Aracaris.

Luixy Toledo y Michael Jackson, primeros contactos

Como ya se ha insinuado, entre Luixy Toledo y Michael Jackson existía una conexión natural fruto de la fecha de nacimiento de ambos, coincidente en día pero no en año. Es por eso que en 1969 el primero decide enviar al segundo una carta de felicitación por su trabajo al frente de The Jackson 5. La misiva, además, incluye una foto de Los Aracaris, otra de Talavera de la Reina y una cinta de casete con trece canciones de composición propia. Según parece, la dirección de la familia de artistas estadounidenses la consiguió sin demasiados problemas gracias a Pepe, un trabajador de Correos que tocaba la trompeta en sus ratos libres.

El bueno de Luixy nunca recibió respuesta y su vida continuó sin demasiados altibajos. Tras disolverse su banda, es reclutado por la orquesta Bajo Cero y junto a ellos llega a telonear a gente como Julio Iglesias o Camilo Sesto. No se sabe si la vida le sonríe, pero al menos no le muerde. En 1974 envía de nuevo sus canciones a Jackson, esta vez directamente a la sede de Motown Records.

Thriller, historia de un plagio

Y así llegamos a 1984. Luixy Toledo se encuentra en Las Palmas de Gran Canaria, concretamente en la discoteca Zorba’s y dando cuenta de algún cacharro servido en vaso de tubo, por decir algo. De repente comienza a sonar una canción que todo lo llena y cuyas notas repiquetean en su cabeza con la persistencia de un rostro familiar y desconocido al mismo tiempo. Cuando el dj aclara sus dudas, la respuesta lo golpea como la más contundente de las collejas: se trata de la nueva canción de Michael Jackson, un tema que lleva por nombre Thriller, aunque Luixy sabe que realmente debería ser conocido como Exorcismo, pues él mismo lo compuso en 1966 y lo incluyó en una cinta de casete enviada en 1969 a la localidad de Gary, Indiana, y a la Motown Records en 1974. La propuesta parece inconcebible y, sin embargo, pocas dudas quedan al respecto: el rey del pop le ha robado su canción.

No somos capaces de reproducir con fidelidad el carrusel de emociones que debió de asaltar la mente de Luixy. Sin embargo, suponemos que esta sería ocupada por rápidos episodios de incredulidad, rechazo, temor, certeza y rabia antes de alcanzar la determinación de remangarse y pasar a la acción. ¡Los tribunales le darían la razón! Para ello, Luixy se pone en contacto con Sony Music España y con los abogados de Michael Jackson. El asunto era cristalino y, además, había pruebas suficientes como para desmontar todo este entramado criminal. Exorcismo había sido registrada en 1974, diez años antes de la publicación de Thriller. Pero como Luixy mostraba cierta torpeza en estos trámites, el proceso lo llevó a cabo un miembro de la orquesta Bajo Cero que nadaba con mayor soltura en estas aguas administrativas. Este segundo, además, escribió la partitura de la canción y se inscribió como autor de la música; la autoría de la letra quedó así en propiedad de Luixy Toledo. El problema, sin embargo, fue que el tema no fue inscrito como Exorcismo sino como Sospechas. El porqué del cambio de nombre nunca quedó del todo claro.

En la demanda se aporta el registro, la partitura y la letra. Sin embargo, y para sorpresa de pocos, la respuesta es contundente. Michael Jackson afirma que no sabe nada; que desconoce la existencia de Luixy Toledo, que nunca recibió ninguna cinta de casete suya y que, por supuesto, jamás ha escuchado Exorcismo ni ninguna otra canción obra del talaverano. Además, concluye, Thriller fue escrita por Rod Temperton, por lo que cualquier consideración relacionada con su gestación debería dirigirse directamente a él. Luixy queda desolado. En primer lugar porque percibe que poco puede hacer frente a la cohorte de letrados del rey del pop. Pero, sobre todo, por el desprecio que Jackson mostró hacia él, por el ninguneo al que se vio sometido por parte de alguien con quien tenía un vínculo místico tan sólido. Por la desagradable sensación de sentirse ultrajado por un amigo al que le unía una relación que surfeaba a través de los siglos.

Bienvenidos a la máquina del tiempo

Era el año 939 de nuestra era. En el reino de León vivía una familia noble de ascendencia italiana cuyo hijo, Paolo, dejaba pasar sus días a base de costumbres libertinas. Un día, este cayó enfermo como consecuencia de sus excesos y fue sanado por un mozo de cuadras que lo sumergió en un barreño de agua helada. A partir de entonces, las vidas de Paolo y Sebastián (que así se llamaba el sirviente) quedaron fuertemente ligadas con los lazos de la camaradería. Juntos vivieron múltiples correrías, enamoraron a doncellas musulmanas y fueron separados por el infortunio y la guerra cuando Sebastián falleció en plena batalla fruto de un lanzazo enemigo. De Paolo, poco más se supo.

Varios siglos después, Luixy Toledo desentierra una medalla en una casa en ruinas de Talavera de la Reina. Al limpiarla, descubre en ella una imagen del arcángel San Rafael que llama vigorosamente su atención. El pequeño tesoro le inquieta hasta el punto de dormir con él bajo la almohada y es así, mediante un claro proceso de revelación onírica, cuando finalmente descubre que el dibujo de la medalla es el mismo que colgaba, en forma de tapiz, de una de las paredes de las estancias de Paolo, su alma gemela del pasado; de una vida pretérita que se le acaba de desvelar ante los ojos, de los tiempos en los que él era conocido como Sebastián, el sirviente que contaba con la plena fraternidad de su señor Paolo, aquel que más adelante sería conocido como Michael Jackson. 

Luixy Toledo ya sabía esto antes de descubrir el plagio de Exorcismo. Asimismo, era plenamente consciente de que Jackson también era conocedor de la misma historia. Es por eso que el desprecio del artista norteamericano le hirió de manera tan contundente. Porque ya no se trataba de una cuestión legal, era algo que se asentaba en el plano de lo personal y lo afectivo.

Como colofón a este giro, y como conclusión del arco narrativo esbozado al comienzo de esta historia, hay que aclarar que la del reino de León no fue la primera vida de Luixy Toledo. Este ya había sucumbido a los encantos de la antigua China, pero lo más destacado es que su lugar de nacimiento es realmente el planeta Marte, nada más ni nada menos que hace doce mil años; siglo arriba, siglo abajo. Según sus cuentas, todavía le queda alguna reencarnación de la que disfrutar.

Regresamos al siglo XX

Pese a la profunda nebulosa de desasosiego que lo atormentaba, Luixy Toledo continúa con su vida sin renunciar en ningún momento a sus aspiraciones sobre la autoría de Thriller. Su historia comienza a ser conocida, especialmente después de que Michael Jackson fuera acusado de numerosos plagios. Durante estos años, Luixy se convierte en un personaje relativamente mediático. La televisión española de los noventa fue un territorio especialmente fecundo para toda clase de freaks; curiosos personajes con historias igualmente insólitas que copaban la parrilla durante los momentos de máxima audiencia. Así, la figura del artista de Talavera de la Reina se volvió perenne en numerosos platós y sus demandas al rey del pop comenzaron a ser de dominio público, al igual que su origen marciano y otras excentricidades similares.

Según las declaraciones de Luixy Toledo, en 1995 iba a producirse su fichaje por Polygram. Sin embargo, la compañía fue absorbida por Universal y la nueva directiva consideró que sus canciones eran demasiado polémicas debido al tratamiento de temas como el sida, ETA o las drogas. El proyecto nunca se llevó a  cabo, pero en 1997 consigue grabar su disco con Bell Music. También grabaría una nueva versión de su canción a la que llamaría Exorcismo 2 y que ya sería debidamente registrada a su nombre. Este mismo año, con el telón de fondo de la gira “HISTory World Tour”, la BBC lo entrevista en un programa de tinte revanchista debido a la compra por parte de Jackson de todo el catálogo de The Beatles. Parece ser que el promotor de todo esto fue un misterioso británico que se ocultaba bajo las siglas PM.

El adiós de Jackson

Cuando Michael Jackson murió en junio de 2009, Luixy Toledo quedó desolado. En el fondo, la admiración que sentía por el músico estadounidense prevalecía más allá de plagios, acusaciones y ninguneos. Él, en realidad, solamente buscaba el reconocimiento tras la apropiación de Exorcismo; como compensación, se habría contentado con que Jackson grabase alguna otra de sus canciones y que, por supuesto, lo inscribiese como autor. “Lo que más me jode es que me dijo que no me conocía de nada y que no la había escuchado”, se lamenta en el documental El hombre que pudo salvar la vida de Michael Jackson por segunda vez. Sin embargo, la realidad es que todo este asunto, el emocional, sí que pudo arreglarse poco después del fallecimiento de Jackson, ya que ambos músicos tuvieron la ocasión de hablar en privado. Aunque mediante cauces poco convencionales, claro.

Michael Jackson comparece ante Luixy Toledo

Un buen día, Luixy Toledo decide que ya va siendo hora de comunicarse directamente con Michael Jackson sin la intermediación de picapleitos y demás aves de rapiña. Se acomoda en una silla y echa mano de su medalla del arcángel San Rafael, esa que le había hecho recuperar sus vivencias medievales en el reino de León. La coloca sobre un pie e intenta conectar metafísicamente con el rey del pop, quien termina por manifestarse en forma de proyección astral. Y así, uno en carne, sentado, y el otro en espíritu, asomando medio cuerpo a través del piso de la habitación, se entabla una sentida conversación (en español, porque cuando uno se reencarna es capaz de dominar varias lenguas) en la que Jackson le reconoce el plagio y se disculpa por el trato dispensado durante las últimas décadas. Luixy queda satisfecho, al menos en lo que se refiere a lo afectivo.

La solución del pleito

En 2013, Luixy Toledo es contratado por descendientes de Leonard Bernstein para realizar una gira por California. Parece ser que esta nueva conexión viene auspiciada por los favores de un jeque árabe con el que mantenía relaciones profesionales, pero el de Talavera insinúa que entre él y el compositor de West side story ya había existido una relación de mutua amistad. El caso es que Luixy aprovecha este periplo americano para contratar a un abogado local que entabla nuevas negociaciones con los representantes legales de Jackson. El resultado de estas conversaciones fue sin duda favorable pues, como bien se indica en la página web del artista español, se le había permitido “arreglar la denuncia Exorcismo 1966 sobre Thriller 1982 (sic) gracias a mi gran abogado en USA… de forma amistosa y rentable. No concedo entrevistas sobre dicho tema a ningún país, ni contesto emails”.

De esta manera tan críptica finaliza la historia de una de las acusaciones por plagio más singulares de la historia de la música. Una narración que puede provocar lógicas sensaciones de incredulidad y que aquí se ha querido narrar desde el punto de vista de su protagonista principal, sin entrar en ningún momento a valorar qué es verdad y qué podría pertenecer al ámbito de la fantasía o la ensoñación. Eso, ya, lo juzgan ustedes.

Colofón, los logros de Luixy Toledo

A lo largo de su carrera profesional, Luixy Toledo ha grabado un buen número de canciones como ETA asesina, Boda de gays y lesbianas, Miedo al sida, Tres niñas de Alcácer o, por supuesto, Exorcismo. En general, dispone de un catálogo de cientos de composiciones que ofrece a quién quiera utilizarlas. Pero sus logros parecen ir mucho más de ser un prolífico creador. Si hacemos caso a la información que de él mismo se desprende, Prince asistió a un concierto suyo en 1998. Un año antes, la musicóloga Joan Peyser eligió su canción Miedo al sida para un documental, aunque finalmente la sustituyeron por un tema de Bruce Springsteen. La familia real española es seguidora de su obra, como demuestra el hecho de que la infanta Leonor fuese concebida mientras sonaba su canción Vagabundos. En general, Luixy Toledo es el autor de multitud de obras que todos hemos escuchado cientos de veces, canciones que han copado los números más altos en los charts españoles, pese a que su autoría haya permanecido en las sombras, esta vez sin sospechas de plagio.

Lo dicho: realidad o ficción a voluntad del lector.