THE JIM JONES REVUE. PRIMITIVISMO DEL SIGLO XXI
Pocos lugares habrá más apropiados que un bar para un encuentro casual. Este recurso narrativo no es la primera vez que asoma entre las páginas de este blog, pero es que las cosas son así. Con sus luces tenues, sus muebles de madera y ese “clanc” medio sordo que hacen las bolas de billar al chocar entre sí, un pub inglés prototípico resultará siempre apropiado para todo laxo menester que se desarrolle entre grifos de cerveza. Y esto viene a cuento porque, una vez más, esta es una historia que traza sus primeros renglones a partir de que las vidas de dos desconocidos confluyan ahogadas entre los vasos que se acumulan sobre una barra de madera. Y en consecuencia aparecerá un nuevo grupo musical: The Jim Jones Revue.
Formar una nueva banda de rock & roll
Cuando Rupert Orton se encontró con Jim Jones, ninguno era un aprendiz en el negocio. El primero ya pasaba por un experimentado guitarrista mientras que su nuevo socio acumulaba años de exitoso underground al volante de formaciones como Thee Hypnotics y Black Moses. Ahora, para este nuevo proyecto, decidieron dar un vuelco de pasión al concepto del rock & roll más primario; hacer algo sudoroso y exento de demasiados adornos que conectase determinados sonidos de los años cincuenta con la intensidad del nuevo siglo. En una entrevista publicada por la revista Mondo Sonoro, el proceso de génesis se resumía de la siguiente manera: “No teníamos tiempo ni dinero, así que no había elección. Pero sí que sabíamos desde el principio que no valía la pena hacer algo demasiado pulcro o mediocre. ¡Tenía que ser brutal y violento!”.
Esta tesis fundacional requería de un elemento madre que articulase buena parte del contexto musical, algo como un piano. El teclista elegido fue Henri Herbert, pieza primordial sin la que el sonido de The Jim Jones Revue tal vez no habría destacado sobre otras bandas de rock & roll garajero. La formación se completa con Gavin Jay y Nick Jones.
The Jim Jones Revue entra al estudio
El primer disco del grupo se graba en dos días y lleva como nombre The Jim Jones Revue. La criatura ve la luz el ocho de septiembre de 2008 arropado por una producción sucia y distorsionada que revela un claro carácter de urgencia, así como una evidente intención primitivista. El resultado es un claro ejercicio de rock & roll, pero lejos de caer en el revisionismo, aquí prima lo salvaje y lo frenético mediante un uso de la guitarra totalmente atronador y un piano que alterna su protagonismo con la voz de Jim Jones. La crítica no tardó en encontrar paralelismos con Little Richard, pero también con otros grupos como Stray Cats, MC5 o The Stooges.
Ya desde sus primeros pasos, la banda comenzó a hacerse un nombre en el circuito de salas londinense. Sus directos eran tan feroces y honestos que gran parte de su base de seguidores lo era principalmente por ellos. Tras la edición de este primer disco, su área de influencia se expande y el nombre de la banda comienza a viajar como un mal virus por los ambientes menos acomodados del rock, el garaje y el punk. Un año después, en 2009, The Jim Jones Revue presenta una colección de sencillos y caras B, tal vez como una excusa para seguir de gira antes de volver al estudio y comenzar a dar forma a su siguiente trabajo.
Un segundo disco continuista
Burning your house down es presentado en sociedad en agosto de 2011. Básicamente puede considerarse como una digna continuación de su predecesor, aunque con una producción un tanto más pulida y nítida obra de Jim Sclavunos, ex componente de Sonic Youth o The Cramps y, por aquel entonces, integrante de los Bad Seeds de Nick Cave. Pese a la menor rudeza del sonido, el conjunto continúa sonando sucio y frenético. A este respecto, Michael Hann, de The Guardian, opinó que The Jim Jones Revue “hacen imaginar que el rock & roll no ha necesitado evolucionar desde 1956; solo necesita mucha mucha más fuerza y ser salvajemente más distorsionado”.
De nuevo a la carretera. La presentación oficial de Burning your house down tiene lugar en el pub Madame Jojo’s y ahí se concentra una nutrida multitud entre la que destacan, como meros espectadores, Liam Gallagher o varios miembros de Nick Cave & The Bad Seeds. Y después nuevos conciertos, más sudor y golpeteos de piano que inundan salas y teatros allá donde aparca la furgoneta del grupo. Y luego de nuevo al estudio para, a mediados de octubre de 2012, entregar el último fascículo de su producción discográfica.
Nuevo trabajo, fin del viaje para The Jim Jones Revue
Pero en esta ocasión sí que hay cambios. The savage heart vuelve a estar producido por Jim Sclavunos, pero el sonido ha sufrido cierto giro estilístico hacia algo más melódico; igualmente salvaje y rocanrolero, pero con mayor presencia de blues, folk y melodías más elaboradas, con un mayor grado de complejidad. Por primera vez, una canción de The Jim Jones Revue dura más de cinco minutos y, como colofón, se incluye una melancólica balada de fuerte inspiración clásica, clásica de los cincuenta.
Contra todo lo que se pudiese prever, este viraje no supuso ningún gran cisma entre sus seguidores y, lejos de aquellos que sí pudieron sentirse defraudados, el disco tuvo la buena acogida acostumbrada. En realidad, The savaje heart es un álbum maduro que puede resultar más completo e interesante que sus predecesores. No tan sucio ni tan salvaje, desde luego, pero igualmente atractivo y enérgico.
Y tal vez esta nueva sonoridad presagiase algo; quizás la mente inquieta de un músico indómito comenzase a buscar la inspiración en otros paisajes. El caso es que una vez concluida la gira de presentación, The Jim Jones Revue anuncian que en octubre de 2014, tras una nueva manga de conciertos, dejarían de grabar y de tocar en directo. Y así fue como este grupo desapareció del mapa tras siete años de vida, tres discos de estudio, una recopilación de caras B, un álbum en directo y un ejercicio de rock & roll clásico pasado por la túrmix de lo frenético, lo grasiento y lo distorsionado.
Posfacio: The Righteous Mind y All Stars
Sin embargo, este no es el fin de la historia. Pues si el grupo llevaba en su nombre el de Jim Jones era precisamente porque este era su alma mater, su principal compositor además de su cara más visible. Y como suele ocurrir con esta clase de músicos de espíritu inquieto, en 2014 se forma Jim Jones & The Righteous Mind, una nueva propuesta con una ambientación más oscura y psicodélica donde el góspel o el blues tenían mayor cabida. Esta formación editará dos discos de estudio, Super natural en 2017 y CollectiV en 2019. Luego, el parón mundial por la covid-19 sentó a esta nueva aventura en la mesa de los castigados.
Durante un tiempo nada se supo de Jim Jones, como de tantos otros. Pero cuando las nieves de la pandemia comenzaron a derretirse, este fue requerido para formar parte del cartel de un festival al que, ante la incapacidad de personarse de varios miembros de su grupo, acudió con una nueva formación de antiguos camaradas junto a los que se dedicó a versionar clásicos de su lista de favoritos añadiendo a la receta una innovadora sección de vientos. Poco a poco, el proyecto crece y termina por adoptar el nombre de Jim Jones All Stars para ofrecer un sonido con mayor inspiración blues y soul, aunque igualmente enérgico y roquero, que terminó de fraguarse con la edición en 2023 de Ain’t no peril.
Y hasta aquí llega la historia de Jim Jones. Al menos de momento ya que, visto lo visto, sea como sea e independientemente de cuándo leas esto, pronto tendremos noticias suyas.
Deja una respuesta