MÚSICOS Y DIBUJOS ANIMADOS. DE THE BEATLES A BLACK SABBATH
En 1965, algún ejecutivo de la cadena de televisión ABC decidió que sería buena idea adquirir y emitir una serie de dibujos animados protagonizada por The Beatles. Un año antes, los cuatro de Liverpool habían provocado unos cuantos arrebatos de histeria durante su primera estancia en Estados Unidos y, con este precedente, convertir al grupo musical del momento en una caricatura televisada de sí mismo pareció otra excelente oportunidad de hacer dinero explotando el fenómeno fan de la banda en el país.
The Beatles se estrenó el 25 de septiembre de 1965 y estuvo en antena durante cuatro años a través de tres temporadas y un total de treinta y nueve episodios cortos. Al Brodax, famoso entre otras cosas por su trabajo como productor en Popeye y la película Yellow submarine, fue su principal ideólogo. La serie surge en parte como una excusa para reproducir por televisión la música del grupo. De esta manera, cada capítulo llevaba el nombre de dos canciones que articulaban la trama hasta que estas terminaban por sonar bajo uno u otro pretexto.
La animación respondía a preceptos artísticos muy de la época, muy al estilo de Hanna-Barbera, y cada uno de los músicos protagonistas (invariablemente peinados a cacerola y siempre ataviados con su primer uniforme de traje azul y camisa) tenían un carácter más o menos bien definido. Paul siempre se presentaba como el segundo de a bordo en un grupo liderado por John y en el que George y Ringo funcionaban como complemento, en ocasiones cómico, a los dos anteriores. De todos ellos, Ringo fue sin duda el menos favorecido, pues su versión animada adolecía de tanta torpeza e ingenuidad como estulticia, algo que quedaba representado incluso en las facciones de su rostro.
En sus ñoñas e inocentemente irreverentes aventuras, The Beatles viajaron por diversos parajes del mundo mientras se las veían con duendes irlandeses, vampiros, fantasmas, indios, cowboys y, por supuesto, alteradísimas hordas de fans de las que los músicos debían huir constantemente. Conviene señalar que la serie nunca se emitió en Inglaterra y que ninguno de los Beatles originales participó en el proyecto. De Ringo se sabe que no quedó muy satisfecho con su alter ego animado, por lo que fuese. John Lennon, en cambio, llegó a confesar con los años que disfrutaba viendo los capítulos.
A Beatle muerto, Jackson puesto
Esta fue la primera ocasión en la que un grupo de fama internacional traspasaba el plano carnal para trasladarse al mundo de los dibujos animados. La serie contaba con todos los ingredientes para convertirse en un éxito; venía respaldada por un fenómeno fan tremendo, reproducía música que gustaba por doquier y contaba con el suficiente grado de amabilidad para tratar con una audiencia tanto juvenil como adolescente. Con estas premisas, y una vez que The Beatles dejó de emitirse, resultaría ingenuo imaginar que las cabezas pensantes de la cadena no volcasen toda la energía de su materia gris en hallar un remplazo.
La solución apareció solo dos años después bajo un formato similar protagonizado por un grupo de carácter bastante diferente: The Jackson 5. Las aventuras de Michael, Marlon, Tito, Jermaine y Jackie ocuparon parte de la parrilla de ABC desde septiembre de 1971 y se extendieron durante dos temporadas y veintitrés episodios. La animación fue realizada en estudios de Londres, Barcelona y Tokio. Así, Jackson 5ive estaba protagonizada por los cinco músicos-hermanos y sus inefables compañeros: Rosie la serpiente rosa y dos ratones llamados Ray y Charles.
De manera análoga a la serie de Lennon y compañía, la historia conducía inevitablemente a la interpretación de dos números musicales con canciones del grupo. Los músicos reales tampoco participaron directamente en el proyecto y sus auténticas voces solamente pudieron escucharse durante el tiempo en el que su música acaparaba el metraje.
Pese a lo banal del conjunto, Jackson 5ive supuso un interesante punto de inflexión en la historia de la televisión. Por aquel entonces no era habitual que un programa de este tipo estuviese protagonizado exclusivamente por personajes de color, por lo que se puso especial interés en no caer en estereotipos raciales. Robert Balser, uno de sus principales artífices opinó lo siguiente al respecto: “iba a ser la primera serie dirigida a jóvenes que trataba sobre un grupo de personas negras y sentía que era muy importante que los mostrara de forma creativa, que resolvieran sus problemas con inteligencia y no con violencia”.
Jackson 5ive se mantuvo en antena hasta octubre de 1972, solo unos pocos años antes de que el pequeño Michael comenzase a despuntar en solitario y regalase al mundo una carrera repleta de éxitos, polémicas y turbias excentricidades.
Bandas de chicos, rap y dibujos animados
Una vez que Jackson 5ive dejó de emitirse pasó mucho tiempo sin series de este tipo. Por alguna razón, los directivos de las grandes cadenas no vieron el porqué de continuar con la fórmula. Así se marchitaron los setenta, caducaron los ochenta y llegaron las primeras luces de la nueva década cuando alguien, suponemos, decidió mirar al pasado en busca de una fórmula a la que insuflar nuevos ánimos.
ABC estrenó New Kids on the Block en 1990 y se retransmitieron un total de catorce episodios antes de su cancelación. La famosa boy band estadounidense fue la encargada de retomar las historias de dibujos animados protagonizadas por grupos musicales mediante una producción con grandes tintes morales y sociales. La serie trataba de relatar el día a día de la banda, su vida real en compañía de su manager y otros personajes del negocio musical aunque todo, claro, con un discurso muy juvenil y desenfadado. Visualmente, el programa estuvo planteado muy al estilo de la época y de los grafismos habituales que podían verse en MTV. Los dibujos animados, en ocasiones, se alternaban con vídeos de los auténticos NKOTB, los de carne y hueso, actuando en directo aunque, para no romper con la tradición, las voces de los protagonistas salían de las gargantas de actores de doblaje, no desde las de la propia banda.
Pero New Kids on the Block no aguantó más de una temporada y ABC dictaminó que la mejor idea era buscar un nuevo artista que dibujar y colorear. Hammerman fue quien tomó el relevo en 1991. La nueva serie giraba en torno a las hazañas de Stanley, un ser humano del montón que contaba con una llamativa posesión: dos zapatos parlanchines y mágicos que le otorgaban la capacidad de convertirse en todo un superhéroe que no era más que el alter ego del rapero McHammer (sí, el de U can’t touch this). Bajo esta apariencia, Stanley combatía el mal en sus muy diversas formas gracias a su capacidad para manipular las notas musicales.
Hammerman también estuvo teñida con ese espíritu moralizante tan propio de este tipo de productos y, así, cada capítulo solía cerrarse con el propio McHammer regalando un buen par de consejos a los más pequeños de la casa. La serie no duró ni un año en antena y, tras solo trece capítulos, fue eliminada de la parrilla llevándose consigo las ganas de ABC por dar forma a nuevas aventuras animadas protagonizadas por ídolos musicales. Y de esta manera pasaron los años.
Un cambio de rumbo: The Black Sabbath show
Robert Smigel fue el encargado de conducir TV Funhouse, un programa de humor que la cadena Comedy Central comenzó a emitir en el año 2000. Este espacio solo vivió durante ocho episodios, pero entre sus secciones contaba con una auténtica joya de la animación: The Black Sabbath show.
Esta mini serie destaca por mostrar un carácter radicalmente opuesto a las anteriores, especialmente porque estaba protagonizada por un grupo difícil de moralizar. The Black Sabbath Show se emitió bajo el formato de capítulos cortos (de entre tres y cinco minutos de duración) y presentaba a los miembros de la banda bajo una apariencia que pretendía parodiar a otras series como The Beatles o incluso Scooby-Doo. No en vano, el principal acompañante del grupo era un enorme perro de raza bobtail llamado Doom Doom.
Los personajes respondían a roles bien asignados. Mientras Tommy Iommi y Geezer Butler eran la parte más sensata y reflexiva del combo, Bill Ward trasegaba colosales cantidades de alcohol. Por su parte, Ozzy Osbourne era un loco impredecible que no dejaba de meter al resto de la banda en las más rocambolescas situaciones. De esta manera, el humor de The Black Sabbath show era irreverente y en ocasiones chabacano, con constantes alusiones sexuales y tesituras que hoy en día harían saltar chispas en las oficinas centrales de una nada despreciable cantidad de colectivos.
Las aventuras animadas de Black Sabbath duraron lo que tardó en morir TV Funhouse: poco. Sin embargo, Ozzy Osbourne no ha dejado de estar bajo la lupa de los dibujos animados y no han sido pocas las ocasiones en las que él o su mujer han insinuado que hay en marcha un proyecto de animación protagonizado a dúo con Lemmy Kilmister. Todo esto viene a cuento porque en 2021 se estrenó una nueva versión de la canción Hellraiser con motivo del treinta aniversario del disco No more tears y, como complemento, esta venía acompañada por un vídeo musical en el que unos Ozzy y Lemmy animados combatían de manera excesiva y un tanto pasada de rosca a unos extraterrestres que, por alguna extraña razón, necesitaban el bajo Rickenbacker del padre de Motörhead.
La última serie de dibujos animados, por ahora
2023 es el año en el que se ha emitido el más reciente de estos programas de animación. Paradójicamente, la serie más joven cuenta con el protagonista más vetusto: Elvis Presley. Priscila, la mismísima mujer del rey del rock, es cocreadora de Agent Elvis, un espacio de Netflix en el que Presley combina su faceta como músico con la de agente secreto al servicio del gobierno de Estados Unidos. Matthew McConaughey pone la voz al protagonista y, junto a él, participan otros actores como Johnny Knoxville, Don Cheadle, Chris Elliott o Simon Pegg. Por aquí, además, circulan personajes reales como Richard Nixon, Charles Manson, Stanley Kubrick, Paul McCartney o Howard Hughes. La serie cuenta con diez episodios y se desarrolla en un tono que combina la acción, el humor negro y alguna que otra dosis de recursos sanguinolentos.
Tras una temporada, Netflix anunció que Agent Elvis no renovaría para la segunda tanda de capítulos marcando así lo que ahora mismo podemos considerar como el final de la historia de las series de dibujos animados protagonizados por grandes estrellas de la música. El futuro, en este sentido, es tan incierto como innecesario.
De cameos y grandes ausentes
Hasta ahora hemos hablado de bandas o solistas que protagonizaron su propio programa de dibujos animados. Sin embargo, a lo largo de la historia de la televisión han sido muchos los músicos caricaturizados para aparecer en series de animación. La más famosa de estas sería por goleada Los Simpson, donde los cameos son moneda de curso legal. Dentro de los límites de Springfield, Paul McCartney ayudó a Lisa en su objetivo de ser vegetariana, Ramones cantaron el Cumpleaños feliz al señor Burns, el mismo que secuestraba a Tom Jones, Sting contribuyó a rescatar a Bart del fondo de un pozo y resulta que la imitadora de Lisa Minnelli era realmente Lisa Minnelli. Mick Jagger, Keith Richards, Tom Petty, Elvis Costello, Brian Setzer y Lenny Kravitz fueron profesores de Homer en su campamento de música. Además, aparecieron por aquí y por allá Elton John, Metallica, Lady Gaga, U2, Aerosmith, Blink-182, The White Stripes, Red Hot Chilli Peppers o Johnny Cash y Michael Jackson, aunque estos dos últimos solo participaron con su voz.
Pero a estas alturas del relato llama la atención la ausencia de uno de los grupos que mejor han explotado el concepto de la comercialización y la imagen. Un grupo para el que, en ocasiones, puede parecer más importante la apariencia que la música; hablamos, por supuesto, de Kiss y su vasto catálogo de productos promocionales que incluye desde figuritas de acción hasta preservativos.
Sin embargo, Gene Simmons y compañía nunca han protagonizado una serie de dibujos animados y sus apariciones ilustradas en la gran pantalla se han limitado a la película Scooby-Doo & Kiss: rock & roll mistery, de 2015, y varios cameos en programas como Padre de familia o Los padrinos mágicos. Aunque, para tranquilidad de sus seguidores menos escrupulosos, la separación definitiva del grupo en 2024 vino con el anuncio de nuevos productos entre los que se insinuaba una serie animada que seguro que estará la mar de bien, para el que le gusten estas cosas, claro.
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